VACUNA GINECOLOGICA



Se ha creado la vacuna contra el papilomavirus humano que provoca el cáncer cervical (de cuello uterino) después de casi 30 años de estudio y poniendo en evidencia (en ciencia estamos en la época de la evidencia, es decir siglo XXI igual a evidencia) que los coitos es la vía de transmisión sexual por la cual se provoca el cáncer.
Amén de desestimar la deducción que fácilmente se podría sacar de este enunciado: con una selección coital (o en su extremo “pasar de tener coitos” que no de orgasmos) habría una buena prevención; alego en defensa de esta deducción: las monjas no padecen neoplasias (nombre científico del término cáncer) cervicales, aunque se podría también alegar del mismo modo en contra: que una no va a ligar pidiendo una cartilla de antecedentes en venéreas o va a exigir a su “partenair”, sobre todo si es heterosexual, que pase del coito!!. Hay que buscar posiciones más realistas y operativas: por que no se averigua que mujeres podrían ser candidatas a esa degeneración celular (eso es un cáncer) ya que también se sabe que hay muchas cepas humanas de papilomas y no todas provocan un nivel degenerativo de proliferación celular (alias “neoplasia”) y que también pueden generar (los papilomas digo) verrugas (que podríamos decir que son crecimiento limitado aunque anómalos de celulas).
Me parece que además de investigar tanto sobre eso de afuera: “quién genera qué” se tendría que investigar sobre “qué condiciones determinan que algo sea capaz de provocar cambios celulares tan letales” (que les parece pensar que si las monjas tuvieran relaciones coitales a lo mejor también se infectan algunas y padecen cáncer cervical!, por que ni todas las monjas ni todos los coitos son infalibles al tema).