URGENCIA

Todo esta absolutamente polarizado, ante los partos como si fuesen digestiones (y quien no los viva así es que ha sido victima del sistema o es una inconsciente egoísta con respecto a la evolución de la especie) hasta la corriente más vanguardista de control de orblación y liberación femenina (vaya propuesta de liberación) que propone la inhición absoluta de los ciclos ováricos y menstruales y por tanto vivir sin menstruación.
El panorama visto así parece un díalogo de sordos. Como si todas las mujeres fuesemos iguales, en esa uniformidad donde siempre acabamos situadas, anonimato que no permite crecer libre del individualismo sino que somete a la negación de lo excepcional de cada una.
Las generalidades, los universales son marcos conceptuales para poder avanzar en los caminos del pensamiento, pero como dice María Zambrano la vida se escapa de la razón, es algo más como todos y cada uno de los seres humanos. Ser en toda su plenitud, toda su fuerza y toda su posibilidad.
Empieza a ser urgente que cada una haga una reflexión personal de donde se encuentra, lo que necesita, lo que siente y desde su lugar mire como esta su alrededor y diga su realidad para conformar un espacio más acorde con la multiplicidad de la vida, pero no por ser un foco de deseos inmumerables e imposibles, sino por señalar la propia responsabilidad, conciencia y poder diseñar el espacio que conforman las mujeres que viven y desean ser dueñas de su vida.