SER MUJER

Una mujer sana puede hacer un desarrollo afectivo armonioso durante la gestación para ello pone en juego su plasticidad corporal y estructural, una gran capacidad de revestimiento emocional, su tolerancia a la frustración, su satisfacción personal, sus posibilidades de comunicación y su decisión de donarse y dar.
Pero atención con un modelo ideal circunscrito a la maternidad, pues no es posible por ello:
. Parir de “putamadre”
. Sentir protagonismo en el parto como eje vital de la propia vida
. Convertirse en todopoderosa
. Ser agresiva y mostrarse exigente para no ceder hasta conseguir la meta
Pero si es útil:
. Contener las ansiedades
. Manifestar las insatisfacciones y los descontentos
. Liberar el cansancio y la preocupación
. Saber pedir ayuda
. No negarse a una misma en el intento
. Dominar las emociones
. Ser visible conscientemente
Es decir tener una plataforma expresiva y cierto soporte en la escucha
Es cierto que el afecto genera apego para vincular las relaciones personales pero no para someterse a chantajes. Atención también con olvidarse de la contradicción entre los deseos como madre y como mujer, pues a veces no son coincidentes pero no por ello tiene que existir una ruptura entre la identidad femenina y la experiencia de la maternidad –atención con desvalorizar esto en la vida de las mujeres: la guía, el sostén y el garante del cuidado de la vida humana-
Reconocerse como sujeto que tiene necesidades, que puede establecer relaciones, que puede aceptar los límites de la realidad y crecer en todos sus intentos vitales
De este modo el cuerpo deja de ser inerte y pasa a ser sujeto. Cuerpo y mente trocan, por así decir, los papeles; la mente se incorpora al mundo y el cuerpo se hace conciencia. Se percibe entonces la unidad honda de todo. Pero ese esfuerzo no es el de ir recorriendo un camino por las propias fuerzas, desde un yo menos perfecto hasta un ideal lejano de perfección.
Es un camino que parte de la lucidez acerca de la propia contradicción entre lo que se siente y la finalidad del presente viviendo en la receptividad radical de dejarse y donarse como mujer.