CONFLICTO

Acaba de salir publicado en Francia el último libro de Elisabeth Badinter se titula: “El conflicto. La mujer y la madre” y por lo visto se ha generado bastante polémica.
Francia es un país que todo se debate, que todo el mundo tiene algo que decir y dice y que están tradicionalmente preocupados por su imagen o su identidad y por tanto todo aquello que determina cierto patrón es motivo de intensas discusiones. Enmarcado el tema, es interesante entrar en el debate.
Parece que esta autora feminista y ensayista literaria, le gusta a partir de ciertas lecturas sociológicas extrapolar patrones o riesgos de modos de vida y es una estudiosa de las cuestiones femeninas en el mundo y de la maternidad en particular.
En su análisis hay parámetros muy interesantes, pues hasta ahora que yo sepa, no se había puesto en tela de juicio públicamente, ciertas presiones sobre la obligatoriedad del amamantamiento materno, la lectura mamífera de la posibilidad de la fertilidad femenina (etología) y la moda del parto natural (ecología coyuntural) y comenta que estas tendencias crean culpa a las mujeres si no se cumplen. En realidad yo matizaría que en vez de ofrecerles posibilidades cierran el esquema o la propuesta creativa personal. Yo soy de la opinión que a pesar de las corrientes de moda, cada una es muy capaz de reflexionar, sentir y decidir por sí misma; es evidente que la pertenencia a una generación, a un momento histórico te enmarca en unas coordenadas pero la idea sería no cerrarse en ideales inalcanzables sino tener más abiertas las opciones. A mí me parece grave estas corrientes de opinión porque ajenas a la realidad femenina, no es que impongan sino que suscitan ciertas fantasías imposibles, frustrantes y muy alejadas de las propias mujeres.
Las mujeres en este siglo XX (y viene de hace casi un siglo ya) se han “divorciado” de su capacidad procreativa como vía conductora de su existencia (nadie puede negar que los anticonceptivos hormonales supusieron una revolución para las mujeres y sus esclavitudes biológicas) pero el problema ha sido no cambiar nada con este tema, es decir se siguen manteniendo coitos vaginales como referencia a una sexualidad que en este esquema no siempre ha funcionado adecuadamente ni en las parejas heterosexuales; se desconoce y no se divulga la capacidad de conocer y observar el ciclo menstrual femenino y así liberarse de una medicalización innecesaria para decidir cómo y cuando tener hijos (la pastilla del día después no ha disminuido la tasa de interrupciones voluntarias de la gestación y las dos cuestiones son es un triste desarrollo femenino). De los otros temas que ella determina como avances para mi lo son relativamente hablando, pues las hormonas y las cesáreas por ejemplo, están bien cuando existe indicación clínica para disminuir la morbi-mortalidad materno-fetal y no para plantear que incluso el tema del cuerpo es a gusto del consumidor y en función de apetencias coyunturales.
En cualquier caso ya hace tiempo que se sabe y las mujeres lo reconocen que no siempre la satisfacción personal esta ligada a las consecuciones personales, es decir la maternidad ofrece momentos de felicidad y de plenitud pero no puede cubrir la necesidad de cualquier mujer de reconocimiento, desarrollo, creación y gozo. El psicoanálisis hace tiempo lo definió claramente.
Y creo que en el fondo el texto es, con un punto de exageración, evidenciar esta situación en nuestra sociedad actual. Podría haber otras lecturas pero hasta que no pueda “estudiar” mejor el texto prefiero simplemente dejar así este apunte. Feliz verano