III SYMPOSIUM INTERNACIONAL SOBRE P.F.N (Conocimiento de la fertilidad humana) en Bilbao.

Regresando este mes de Noviembre del país vasco, con un tiempo primaveral en otoño y un nivel de calidad gastronómica considerable, intento destacar hoy una cuestión.

Parece que entre la población juvenil la donación de preservativos no ha mejorado, ni tan siquiera la tasa de ETS (enfermedades de transmisión sexual) que va en aumento, como lo van también las gestaciones entre adolescentes y el uso de la píldora pos-coital, lo que quiere decir que no está muy bien la salud sexual de las nuevas generaciones que empiezan a descubrir ese otro modo de conocimiento sensorial.

La evidencia de la necesidad de una educación afectivo-sexual aún a contracorriente de una sociedad tan erotizada, hedonista y desordenada en una libido sexual declarada de interés general es absolutamente necesaria.
No voy a caer en el riesgo de la represión, de pensar que antes todo era mejor, pero es preciso que cada uno tome partido de otra conciencia y responsabilidad con respecto a la sexualidad y a la procreación. La vanalización del tema (igual que la del cannabis y el alcohol) empieza a ser preocupante, pues parece que lo único permitido y generalizadamente aceptado es la tendencia de que todo el mundo hace, o debe hacer, “casting” adictivo para poder “engancharse” a algo a su medida.
Abandonado el mundo del trabajo como destino, el mundo del saber como modo vivendi, puesta en tela de juicio la biología como una tendencia vital y con la invasión del lenguaje (los lenguajes cabría mejor decir) y la cultura como creación humanas desvinculadas de realidades intemporales, esta claro que como anclaje la columna vertebral propia no sirve y se sigue buscando fuera de una/o misma/o pero desordenadamente un eje individual.
Realmente correspondo a otra generación, me siento del siglo XX, de esos últimos eslabones donde la prioridad de la propia conciencia con respecto al lugar que se ocupa en este mundo temporal puede hacer que todo sea distinto, en una, para una y sin salir (es imposible evitarse) de una misma.

UNIVERSAL – PARTICULAR

Se me ocurre que parte de todo el drama vital de la posición femenina emerge de la confrontación de lo universal con lo particular, de lo genérico con lo diverso. Ya sé que lo dual a veces puede ser una trampa pero me remito a la realidad dicotomizada en el día y la noche, la inspiración y la expiración, aunque conozco el alba, el mediodía y el crepúsculo, el vacío al final de la expiración y la parada llena de aire intercalando el movimiento entre la inspiración y la expiración. Pero aún así la síntesis determina un Dos real y a momentos irreconciliable con el UNO como Unidad y como Universal.
Por que a pesar de todos los discursos se tiende a no aceptar que hay esfuerzos inútiles, que a veces no hay recompensas, gananciales de nada, que pueden haber perdidas pero que sobre todo hay un movimiento que debe tener sentido para contrarrestar la desidia o la inercia. No hablo de hacer algo porque sí, (muchas veces eso también esconde un goce muy íntimo) si no que es inevitable que sea por algo. Y allí aparece siempre el engaño.
El amor además de ser una reacción química, es un sentimiento y una entrega, un salir de sí en el sentido de una emoción desbordante que llevándote te transforma en el propio vínculo. Diferencia del placer que llenándote, te vacía en un círculo que muchas veces suscita la adicción reiterada de obviar la angustia. Es evidente que siempre la angustia reaparece y que casi todos nuestros intentos vitales se encaminan a “corregirla” para poder vivir algo de ese secreto pero me gustaría pensar ( o podría ser evidenciar en la creencia?!) de que hay cosas realmente gratuitas.